sábado, 7 de junio de 2014

PROBLEMAS LOCALES

CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

Contaminación de la atmósfera por residuos o productos secundarios gaseosos, sólidos o líquidos, que pueden poner en peligro la salud del hombre y la salud y bienestar de las plantas y animales, atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir olores desagradables. Entre los contaminantes atmosféricos emitidos por fuentes naturales, sólo el radón, un gas radiactivo, es considerado un riesgo importante para la salud. Subproducto de la desintegración radiactiva de minerales de uranio contenidos en ciertos tipos de roca, el radón se filtra en los sótanos de las casas construidas sobre ella. Se da el caso, y según recientes estimaciones del gobierno de Estados Unidos, de que un 20% de los hogares del país contienen concentraciones de radón suficientemente elevadas como para representar un riesgo de cáncer de pulmón.


Cada año, los países industriales generan miles de millones de toneladas de contaminantes. Los contaminantes atmosféricos más frecuentes y más ampliamente dispersos se describen en la tabla adjunta. El nivel suele expresarse en términos de concentración atmosférica (microgramos de contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los gases, en partes por millón, es decir, el número de moléculas de contaminantes por millón de moléculas de aire. Muchos contaminantes proceden de fuentes fácilmente identificables; el dióxido de azufre, por ejemplo, procede de las centrales energéticas que queman carbón o petróleo. Otros se forman por la acción de la luz solar sobre materiales reactivos previamente emitidos a la atmósfera (los llamados precursores). Por ejemplo, el ozono, un peligroso contaminante que forma parte del smog, se produce por la interacción de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno bajo la influencia de la luz solar. El ozono ha producido también graves daños en las cosechas. Por otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos contaminantes atmosféricos, como los clorofluorocarbonos (CFC), están produciendo una disminución de la capa de ozono protectora del planeta ha conducido a una supresión paulatina de estos productos.


Las altas chimeneas de las industrias no reducen la cantidad de contaminantes, simplemente los emiten a mayor altura, reduciendo así su concentración. Estos contaminantes pueden ser transportados a gran distancia y producir sus efectos adversos en áreas muy alejadas del lugar donde tuvo lugar la emisión. El pH o acidez relativa de muchos lagos de agua dulce se ha visto alterado hasta tal punto que han quedado destruidas poblaciones enteras de peces. En Europa se han observado estos efectos, y así, por ejemplo, Suecia ha visto afectada la capacidad de sustentar peces de muchos de sus lagos. Las emisiones de dióxido de azufre y la subsiguiente formación de ácido sulfúrico pueden ser también responsables del ataque sufrido por las calizas y el mármol a grandes distancias.

El creciente consumo de carbón y petróleo desde finales de la década de 1940 ha llevado a concentraciones cada vez mayores de dióxido de carbono. El efecto invernadero resultante, que permite la entrada de la energía solar, pero reduce la reemisión de rayos infrarrojos al espacio exterior, genera una tendencia al calentamiento que podría afectar al clima global y llevar al deshielo parcial de los casquetes polares. Es concebible que un aumento de la cubierta nubosa o la absorción del dióxido de carbono por los océanos pudieran poner freno al efecto invernadero antes de que se llegara a la fase del deshielo polar. No obstante, los informes publicados en la década de 1980 indican que el efecto invernadero es un hecho y que las naciones del mundo deberían tomar medidas inmediatamente para ponerle solución.


INVERSIÓN TÉRMICA


Aumento de la temperatura con la altitud en una capa de la atmósfera. Como la temperatura suele descender con la altitud hasta el nivel de los 8 a 16 km de la troposfera a razón de aproximadamente 6,5 ºC/km, el aumento de la temperatura con la altitud se conoce como inversión del perfil de temperatura normal. Sin embargo, se trata de una característica común de ciertas capas de la atmósfera. Las inversiones térmicas actúan como tapaderas que frenan los movimientos ascendentes de la atmósfera. En efecto, el aire no puede elevarse en una zona de inversión, puesto que es más frío y, por tanto, más denso en la zona inferior.

Inversiones próximas a la superficie 
En las noches claras se produce una inversión en la superficie o muy cerca de ella a consecuencia del escape de radiación de longitud de onda larga desde la superficie terrestre y las capas altas de la atmósfera, seguido del consiguiente enfriamiento. Al amanecer, la masa de aire frío pegada a la superficie puede tener varias decenas de metros de espesor, aunque este valor puede ser muy superior en regiones montañosas o accidentadas, ya que el aire frío desciende por las laderas y se acumula en el fondo de los valles. Las inversiones próximas a la superficie son comunes en regiones cubiertas de hielo y nieve, como las zonas polares, debido a la radiación y el enfriamiento por conducción; además, en estas regiones el aire cálido debe atravesar la superficie marina fría.

Aunque los anticiclones suelen estar limpios de nubes cuando las capas de subinversión y la superficie están secas (sobre interiores continentales y desiertos, por ejemplo), las inversiones térmicas pueden atrapar nubes, humedad, contaminación y polen de capas próximas a la superficie, pues interrumpen la elevación del aire desde las capas bajas. 

LLUVIA ÁCIDA

La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y el trióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas de calefacción y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo que contengan azufre. En interacción con el agua de la lluvia, estos gases forman ácidos nítricos, ácido sulfuroso y ácido sulfúrico. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.

Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, siendo trasladados por los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en el ambiente.

La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido), debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH menor que 5 y puede alcanzar el pH del vinagre (pH 3). Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el ácido sulfuroso, H2SO3, ácido sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del dióxido de azufre, SO2, trióxido de azufre, SO3, y el trióxido de nitrógeno que se convierten en ácidos.

Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de energía, en grandes cantidades, pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo.

CONTAMINACIÓN 
DE LAS AGUAS


Hay muchas formas de contaminar nuestro Planeta Tierra y una de ellas es contaminando el Agua.

Esta triste realidad puede ser por el constante crecimiento de las ciudades donde su población vierte sus desechos domésticos, industriales y toda clase de basura, provocando que esta agua no se pueda utilizar y por lo tanto es desperdiciada.
En nuestro país diariamente se producen miles de toneladas de desechos industriales, de los cuales un gran porcentaje tiene grave impacto en el medio ambiente. Algunos residuos contaminantes que desechan las industrias y que son muy peligrosos son aquellos que contienen: Mercurio, plomo, arsénico, fenol, plata, cromo y plaguicidas, entre otros.
También es altamente contaminante la materia orgánica como restos de alimentos y animales, detergentes, pinturas, aceites, etc. Estos propician el desarrollo de algas, las cuales generan la proliferación de bacterias que van consumiendo el oxígeno que hay en el agua, matando toda forma de vida que pueda existir.
El agua puede contaminarse de muchas maneras, entre ellas, cuando vertimos aceite,  químicos y basura al drenaje. Esta agua llega a nuestros ríos y  mares.
El agua es un recurso natural que debemos conservar, por lo tanto debemos evitar su contaminación y hacer un buen uso de ella.

¿Qué contamina el agua?
  • Agentes patógenos.- Bacterias, virus, protozoarios, parásitos que entran al agua provenientes de desechos orgánicos.
  • Desechos que requieren oxígeno.- Los desechos orgánicos pueden ser descompuestos por bacterias que usan oxígeno para biodegradarlos. Si hay poblaciones grandes de estas bacterias, pueden agotar el oxígeno del agua, matando así las formas de vida acuáticas.
  • Sustancias químicas inorgánicas.- Ácidos, compuestos de metales tóxicos (Mercurio, Plomo), envenenan el agua.
  • Los nutrientes vegetales pueden ocasionar el crecimiento excesivo de plantas acuáticas que después mueren y se descomponen, agotando el oxígeno del agua y de este modo causan la muerte de las especies marinas (zona muerta).

  • Sustancias químicas orgánicas.- Petróleo, plásticos, plaguicidas, detergentes que amenazan la vida.
  • Sedimentos o materia suspendida.- Partículas insolubles de suelo que enturbian el agua, y que son la mayor fuente de contaminación.
  • Sustancias radiactivas que pueden causar defectos congénitos y cáncer.

  • Calor.- Ingresos de agua caliente que disminuyen el contenido de oxígeno y hace a los organismos acuáticos muy vulnerables.


PERDIDA DE SUELOS

La pérdida imperceptible de un milímetro en el espesor de suelos cultivables sobre la superficie de una hectárea equivaldría a eliminar entre 11 y 16 toneladas de suelo agrícola fértil por hectárea. Es decir, se perderían 10 metros cúbicos de suelo fértil por hectárea. Así mismo, la pérdida de un centímetro en el espesor de suelos fértiles cultivables sobre la superficie de una hectárea, equivaldría a eliminar entre 110 y 160 toneladas de suelo agrícola por hectárea. Es decir, se perderían 100 metros cúbicos de suelo fértil por hectárea.

La erosión en suelos agrícolas es un problema cada día mayor. Los cambios climáticos globales propician variaciones en la cantidad de lluvia que en ocasiones se presenta intensamente por breves lapsos. La erosión por lluvia ó riego mal aplicado, ocasiona que muchos de los nutrientes en los suelos queden en las tierras bajas que generalmente no son cultivables porque se inundan.
Las grandes áreas de cultivo ofrecen mayor superficie para que el agua y el viento fluyan causando erosión. Los suelos sin cobertura vegetal quedan totalmente expuestos a la erosión, ya sea por agua ó viento que llevan consigo nutrientes de suelos agrícolas. Aún cuando el movimiento de suelos es un proceso natural, hay que tomar en cuenta que durante los últimos 40 años, los terrenos y las formas de cultivo han cambiado. Actualmente se cultiva en condiciones menos favorables.

La cosecha de cereales propicia que los suelos permanezcan descubiertos y expuestos a la acción de la lluvia y el viento. Así mismo, el abandono de tierras de cultivo, debido a las crisis en el campo, y a las formas de agricultura inadecuadas, deja sin materia orgánica los suelos. Ciertamente, los patrones de lluvia han cambiado en años recientes, pero no tanto como las prácticas agrícolas.
El movimiento de suelos ocasionado por lluvia y viento, trae consigo material que contiene nutrientes orgánicos e inorgánicos esenciales para los vegetales y los seres que los consumen. La pérdida de nutrientes ocurre, aún cuando el agua que corre por encima de suelos agrícolas se vea transparente y no haya clara evidencia física de erosión. Dichos nutrientes, conjuntamente con agroquímicos van a depositarse en tierras bajas y ríos.


Sabemos que, el movimiento y la erosión por lluvia, afecta más en suelos arenosos, sobretodo en aquellos con escasa materia orgánica, la cual mantiene la estructura de los suelos agrícolas. La erosión y el movimiento comienza cuando los suelos se han saturado completamente de agua, lo cual incluso puede suceder con lluvia moderada. La rapidez del movimiento es mayor en suelos arenosos, y puede empeorar en terrenos con mayor pendiente. De este modo, como resultado de la lluvia ó del riego mal aplicado, se acumula arena en las partes bajas del terreno.

DESERTIFICACIÓN


La desertificación es una degradación de tierras que ocurre en áreas áridas, semiáridas y subhúmedas del mundo. Estas áreas de secano susceptibles cubren el 40% de la superficie terrestre, poniendo en riesgo a más de 1.000 millones de habitantes que dependen de esas tierras para sobrevivir.
La degradación de las tierras causa pérdidas de la productividad agraria en muchas partes del mundo.

La degradación del suelo o de las tierras es un proceso inducido antrópico que afecta negativamente la biofísica del suelo para soportar vida en un ecosistema, incluyendo aceptar, almacenar y reciclar agua, materia orgánica y nutrientes. Ocurre cuando el suelo pierde importantes propiedades como consecuencia de una inadecuada utilización. Las amenazas naturales son excluidas habitualmente como causas de la degradación del suelo; sin embargo las actividades humanas pueden afectar indirectamente a fenómenos como inundaciones o incendios forestales.
Erosión acelerada: arrastre de materiales del suelo por diversos agentes como el agua y el viento, lo cual genera la improductividad del suelo.
Salinización y solidificación de los suelos: acumulación excesiva de sales solubles en la parte donde se desarrollan las raíces de los cultivos
Compactación: se manifiesta con el aumento de la densidad aparente del suelo, en las capas superficiales o profundas. Es el resultante del deterioro gradual de la materia orgánica y la actividad biológica.

Contaminación química: uso irracional de grandes cantidades de fertilizantes y sustancias químicas para el control de plagas y enfermedades, por encima de los niveles requeridos producen la contaminación química de los suelos.
Pérdida de nutrientes: empobrecimiento gradual o acelerado del suelo por sobreexplotación o monocultivo, lo que trae como consecuencia la baja fertilidad y productividad de los suelos.
Conflicto de usos: las tierras agrícolas se pierden o transforman en tierras para la urbanización.
 Zonas con desertificación
Madagascar: es el país más erosionado del mundo. El 93% del bosque tropical y el 66% de su selva lluviosa han sido talados.
África: en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas. Naciones que durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en el límite de la subsistencia.
España: es el país de la Unión Europea con un máximo índice de desertificación.
Italia: es el país de la Unión Europea con un menor índice de desertificación.
Argentina: la Patagonia argentina, región sur de su vasto territorio, se halla muy afectada por este fenómeno en su parte central y en menor medida en su parte costera, debido al sobrepastoreo, el aprovechamiento incorrecto de los recursos hídricos y lacustres, y del espacio empleado para la agricultura, así como también influye la explotación petrolera privada con poco control estatal.
Túnez: más de la mitad del país está cubierto por tierras desérticas, con el Sáhara al sur, que avanzan hacia el norte.


GENERACIÓN DE RESIDUOS

La generación de residuos es una consecuencia directa de cualquier tipo de actividad desarrollada por el hombre; hace años un gran porcentaje de los residuos eran reutilizados en muy diversos usos, pero hoy en día nos encontramos en una sociedad de consumo que genera gran cantidad y variedad de residuos procedentes de un amplio abanico de actividades. En los hogares, oficinas, mercados, industrias, hospitales, etc. se producen residuos que es preciso recoger, tratar y eliminar adecuadamente.


En la Directiva 91/456 se define “residuo” como "toda sustancia o todo objeto que se incluye en las categorías citados en el Anexo 1 de la Directiva del Consejo 75/442/CEE (modificado), del que el poseedor se desprende o de la que tiene la intención o la obligación de deshacerse". Concretamente son considerados “residuos urbanos” "aquellos que produzcan o generen los habitantes de una ciudad o población, no sólo como residuo propio, sino también, como consecuencia de las actividades que en las mismas tienen lugar”. Esta definición incluye los residuos típicos generados en un núcleo urbano; domésticos, viarios, comerciales, de mercado, industriales y sanitarios.
Partiendo de estas premisas, el ratio de producción de residuos por habitante y día se entiende por la cantidad de residuos correspondiente a cada habitante de un núcleo urbano procedente del reparto del total de los residuos sólidos generados entre toda la población existente.
Los ratios de producción de residuos de una población responden a varios parámetros; nivel socioeconómico, tamaño de la población, época del año, etc. En la actualidad, según el Plan Nacional de Residuos Urbanos 2.000-2.006, se estima la producción media de R.S.U. en España en algo más de 1,2 Kg/día. En comparación, países del norte de Europa, alcanzan tasas de 1,5 a 2,5 Kg/día, en Estados Unidos se alcanzan los 2 Kg/día, destacando las grandes ciudades con cerca de 3 Kg/día, mientras que, en zonas de América del Sur, oscilan entre 0,4 y 0,8 Kg/día.


Por otro lado, la producción media de residuos en las Comunidades Autónomas e, incluso, entre ciudades similares, varía considerablemente. Un estudio realizado en Cantabria sobre la producción de R.S.U. a lo largo del año 2.000 reveló que, se había generado una media de 1,15 kg/hab/día, destacando municipios netamente turísticos como Noja con 6,80 kg/hab/día y otros completamente rurales como San Roque de Riomiera con 0,29 kg/hab/día. Como valor medio, en Santander se produjeron 1,14 kg/hab/día.
Entrega de residuos sólidos urbanos
Según el Plan Director Territorial de Gestión de Residuos Urbanos de Andalucía, aprobado en octubre de 1.999, se estimó en 3.147.394 tm/año los residuos urbanos generados, lo que equivale a 1,19 kg/hab/día.

CONTAMINACIÓN POR RUIDO

El ruido es un sonido desagradable que se ha ido acrecentando con el desarrollo de la humanidad, de la industria en general y de la urbanización. Este es uno de los contaminantes del medio ambiente que presenta mayor problema para la salud del hombre y de los animales.
EFECTOS DEL RUIDO
Los principales males causados por la exposición a ruido son: la interferencia en la comunicación, la pérdida de la audición, la perturbación del sueño, y el estrés.
El ruido puede provocar dificultades para conciliar el sueño. Algunos estudios han indicado que la perturbación del sueño se manifiesta cada vez más a medida que los niveles de ruido ambiental sobrepasan los límites de serenidad.
El ruido nos afecta a través de toda la vida. Ha habido indicios de perjuicio al feto cuando las madres han estado expuestas a ruidos industriales o a otros ruidos ambientales excesivos durante el período de embarazo. En la infancia y juventud, los jóvenes expuestos a altos niveles de ruido pueden experimentar dificultad en aprender, o mala salud. Y en la edad avanzada las personas suelen tener dificultad en conciliar el sueño y en descansar.
Efectos sobre la conducta:
El ruido produce alteraciones en la conducta momentáneas, las cuales consisten en agresividad o mostrar un individuo con un mayor grado de desinterés o irritabilidad. Estas alteraciones, que generalmente son pasajeras se producen a consecuencia de un ruido que provoca inquietud, inseguridad o miedo en algunos casos.
FUENTES DE RUIDO
El tránsito de automóviles:
El ruido de los vehículos es producido fundamentalmente por el motor y la fricción causada por el contacto del vehículo con el suelo y el aire. Además, en nuestro país existen una enorme cantidad de autos con los mufflers dañados, lo que incrementa el nivel de ruido en un área determinada.
 Aparatos de radio y televisión:
       El nivel de ruido de estos aparatos depende del tipo de programa que se escucha o se ve. También del volumen del mismo; una radio a gran volumen produce un nivel de potencia sonora de 100 a 110dB.
Instalaciones eléctricas:
       Los sistemas de iluminación con sus reactancias interruptores, relós de conmutación... son una de las principales fuentes de ruido, pudiendo alcanzarse niveles de presión acústicas molestos, ya que emiten de una forma continua frecuencias discretas que son amplificadas por objetos de montaje y mantenimiento.
Construcción de edificios y obras públicas:

La construcción de edificios y las obras públicas son actividades que causan considerables emisiones de ruido. Hay una serie de sonidos provocados por grúas, mezcladoras de cemento, operaciones de soldadura, martilleo, perforación y otros trabajos.

CONTAMINACIÓN VISUAL

Este tipo de contaminación percibida a través del sentido de la vista expone diariamente a millones de personas, principalmente en las ciudades, a estímulos agresivos que las invaden y contra los cuales no existe ningún filtro ni defensa.
La contaminación visual se refiere al abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobreestimulación visual agresiva, invasiva y simultánea.
Dichos elementos pueden ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros elementos, que no provocan contaminación de por sí; pero mediante la manipulación indiscriminada del hombre (tamaño, orden, distribución) se convierten en agentes contaminantes.
Una salvaje sociedad de consumo en cambio permanente que actúa sin conciencia social, ni ambiental es la que avala (o permite) la aparición y sobresaturación de estos contaminantes. Esto se evidencia tanto en poblaciones rurales como en aglomeraciones urbanas de mayor densidad. Pero lógicamente es en las metrópolis, donde todos estos males se manifiestan más crudamente.

Todos estos elementos descriptos influyen negativamente sobre el hombre y el ambiente disminuyendo la calidad de vida.
La cartelería publicitaria es el agente más notorio por su impacto inmediato, creando una sobreestimulación en el ser humano mediante la información indiscriminada, y los múltiples mensajes que invaden la mirada. Así el hombre percibe un ambiente caótico y de confusión que lo excita y estimula, provocándole una ansiedad momentánea mientras dura el estímulo.
La simultaneidad de estos estímulos a la que se ven sometidos, por ejemplo,  los automovilistas, pueden llegar a transformarse en disparadores de accidentes de tránsito. Dado que pueden llegar a generar distracción, e incluso a imposibilitar la percepción de las señales indicadoras de tránsito. Esta situación, inevitablemente, actúa también en detrimento de los mismos medios de comunicación, mimetizando los diferentes signos y señales a que se somete a los individuos, camuflándose mutuamente y perdiendo fuerza la clara lectura del mensaje.

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